sábado, 5 de junio de 2010

" Nadadores en Javea"

0. Introducción:

La siguiente obra que vamos a analizar fue realizada por Sorolla en 1905, en su tercera fase, en la etapa de culminación (1900-1910). Sorolla nació en Valencia y se educó como pintor de forma muy académica. En 1885 marchó a Roma pensionado por la Diputación de Valencia, y allí se relacionó con los artistas de la colonia española como Pradilla. Desde allí se trasladó a París, donde permaneció seis meses, y surgió su interés por el realismo y por la pintura impresionista, aunque no mantuvo ninguna relación con el grupo.

Las características de este singular estilo son las siguientes:

o Elegían temas de la vida cotidiana.

o Los paisajes los pintaban al aire libre.

o Los colores los mezclaban lo menos posible.

o Pinceladas con brochazos cortos.

o Hacían las sombras con colores complementarios.

o Pintaban húmedo sobre húmedo

o El fondo de la pintura era típicamente opaco.

o Enfatizaban en dar una luz natural a los objetos, que a su vez reflejaban su luz a otros objetos.

o Las sombras del terreno reflejaban el color del cielo, lo que daba un efecto de frescura y luz natural al paisaje.

En 1889 ya estaba en Madrid. Todavía tardará en deshacerse del tema social que ocupa gran parte de sus composiciones de los años 90, pero poco a poco el camino aprendido en París irá ganando terreno. En esos años son frecuentes los viajes a su tierra atraído por la luz. Allí realiza sus cuadros más célebres, los de as orillas del Mediterráneo. El tema de los pescadores o costumbrismo marinero le granjeará los primeros éxitos, pero serán sobre todo las escenas playeras las que capten la atención del gran público por sus presupuestos claramente impresionistas.

Nadie ha pintado como Sorolla el reflejo vidriado de los cuerpos mojados de los niños en la playa o las telas blancas deslumbrantes iluminadas por el sol. También le atraen notablemente las figuras femeninas a las que retrata una y otra vez con absoluta originalidad. El conjunto de su obra nos trasmite optimismo y alegría.

En 1900 obtuvo el Premio de Honor de la Exposición Universal de París, convirtiéndose en uno de los artistas más cotizados de su tiempo. Su fama y proyección internacional le puso en contacto con Archer M. Huntington fundador de la Hispanic Society de América. Esta institución le encargó en 1911 la decoración del salón de su sede en Nueva York: catorce paneles de grandes dimensiones que representan regiones españolas y una galería de retratos para la biblioteca, algunos de los cuales podemos ver en esta exposición. Esta obra ocupó al artista desde 1912 a 1919, años en los que viajó por toda la geografía española tomando apuntes y haciendo bocetos. El resultado es un conjunto de obras muy singulares de paisajes y tipos populares o folklóricos.

Como retratista captó a los principales españoles de la época: Benito Pérez Galdós (1894), Miguel de Unamuno, Mariano Benlliure, Ramón y Cajal, Juan Ramón Jiménez, Alfonso XIII... Pero sobre todo se recreó en su familia, su mujer y sus hijos.

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